martes, 29 de julio de 2014

Los "fondos buitre" pueden llevar a Argentina a la quiebra.

 
 
Los "Fondos Buitre" compran los llamados "bonos basura'', es decir, títulos de deuda de países en default a muy bajo precio y después acuden a los tribunales para recibir las máximas ganancias. 
 
En el caso argentino, el año 2008, varios inversionistas "Fondos Buitre" compraron títulos de deuda, los compraron a precio muy bajo y posteriormente reclamaron ante la justicia estadounidense cobrar el 100% de su valor. Según informa el periódico Los Andes dos estos fondos se encuentran en estos momentos en litigio con Argentina: NML Capital Ltd, del multimillonario Paul Singer, y Aurelius Capital Management. NML Capital es subsidiaria de Elliott Management.
 

Argentina, al borde del "Default"
 
Mañana se cumple el plazo para que Argentina llegue a un acuerdo con sus acreedores.

El tiempo se agota y todo parece indicar que Argentina no podrá evitar caer en una cesación de pagos, la segunda en 12 años, con las consecuencias que ello implica. 
Mañana se cumple el plazo otorgado por el juez neoyorquino Thomas Griesa para que el gobierno de Cristina Kirchner y los fondos que no ingresaron en la reestructuración de deuda de 2005 y 2010, alcancen un acuerdo. 
 
Hasta aquí, fracasaron todas las gestiones posibles. El ministro de Economía, Axel Kicillof, y su equipo nunca se encontraron cara a cara con los representantes de los fondos (holdouts) de inversión MNL Elliot y Aurelius Capital Manager, que acudieron a los tribunales de EU en reclamo del 100% del pago. Sólo mantuvieron reuniones con Daniel Pollack, el mediador designado por el magistrado. 
 
Los contactos telefónicos entre Kicillof y Pollack sucedieron el fin de semana. Para los analistas de mercado, todo hace indicar que Argentina va camino a un nuevo default, como opinó el ex secretario de Finanzas, Orlando Ferreres, “con la consecuencias negativas para la economía que ello implica”. 
 
Para el gobierno, en cambio, no puede llamarse default, cuando Argentina depositó los 539 millones de dólares en intereses por el pago de los bonos alcanzados en la reestructuración, que fueron bloqueados por el fallo de Griesa, que ordenó pagar el 100% a todos los acreedores. 
Si el fallo se aplica, a partir de mañana (miércoles), Argentina podría quedar a merced de reclamos por 120 mil millones de dólares. 
“Aunque el gobierno minimice el tema y acate la recomendación de sus abogados (Carmine Bocuzzi y Jonathan Blackmann) de forzar una cesación de pagos para volver a reestructurar el total de la deuda, pero bajo el imperio de la ley argentina o de un tercer país, las consecuencias económicas serán directas”, opina el analista Julian Hermida. 
 
Para Hermida, la primera víctima será, “como siempre, el peso. La moneda sufrió presiones la semana pasada, cuando el dólar no oficial se cotizó 9% más y podrá volver a subir después del miércoles”. 
Otro de los efectos inmediatos de una cesación de pagos sería “una recesión en la que el país ya vino entrando desde la devaluación de diciembre pasado. El desempleo podría agudizarse, al compás de la baja en la producción industrial, que ya cayó 5 % en lo que va del año”, según el economista Adelmo Gabbi, presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. 
 
Para la presidenta Cristina Kirchner “no hay un gobierno que quiere entrar en default, sino un juez que impide cobrar”. Pero para el economista Carlos Melconian, “el gobierno no es el culpable de haber generado esa deuda, pero sí de no haber hecho nada por solucionarlo a lo largo de la última década”. 
“(El gobierno) tardó en reestructurar la deuda, postergó vencimientos reestructurados, estiró todo lo posible los pleitos con los otros acreedores, alteró las estadísticas para pagar menos y eludió auditorías de los organismos internacionales”, acotó Melconian. 
 
Apoyada por China y Rusia, Kirchner será arropada hoy en Caracas, adonde fue a buscar el apoyo de los países del Mercosur. Más allá de un arreglo de último momento con los tenedores de fondos, Argentina ya tiene pocas posibilidades de seguir pagando sus deudas con reservas del Banco Central, que, según datos oficiales, ascienden a 29 mil millones de dólares. Escasas si se tiene en cuenta que en los próximos 18 meses deberá hacer frente a 15 mil millones por compromisos externos. 
 
Tal vez por eso, la sociedad, según las últimas encuestas, apoya a la presidenta en la negociación con los fondos, aunque 57% opina que un default sería negativo. Los argentinos no se interesan mucho por una posible cesación de pagos, no después del 2001, como explica, Pedro Vázquez, dueño de una tienda de regalos: “Acá todos creen que peor que todo aquello no habrá nada”.
 
 
 
 
José Vales
 
 
 
 
 
 

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