sábado, 18 de octubre de 2014

El médico que habló del 'error' de Teresa dijo en agosto que no vio fallos con el misionero





"Ella me ha manifestado la posibilidad de que hubiera podido contactar la cara" con su guante. Así dijo el doctor Germán Ramírez a las puertas del hospital donde estaba ingresada Teresa Romero. Una afirmación que aprovechó el consejero de Sanidad para insinuar que la auxiliar de enfermería era la culpable de su contagio.

Este viernes, la portavoz de la familia, Teresa Mesa, ha dicho que su amiga no recuerda haberse tocado la cara con un guante tras atender al misionero García Viejo. "Esa es su obsesión, que hizo todo bien", ha dicho Mesa al detallar que Teresa asegura haber avisado, ella y su marido, desde un principio que podría estar infectada por el virus.

Germán Ramírez, intensivista experto en medicina tropical en La Paz, compareció de forma improvisada delante de los periodistas para revelar el 'supuesto' contacto' del guante con la cara de Teresa. Para manifestarlo tuvo que contar con la previa autorización de la Consejería de Sanidad.

El mismo facultativo actuó de portavoz en agosto para asegurar que "nunca ha habido improvisación y los protocolos funcionan", tras el caso del sacerdote Miguel Pajares, el primero de los misioneros enfermos de ébola repatriados desde África. También hizo hincapié en que el personal estaba "entrenado" para afrontar las infecciones de ébola.

Ramírez se defendía así de las denuncias que hicieron sindicatos y profesionales del hospital sobre los cursos exprés impartidos la víspera de que ingresara el misionero y la falta de simulacros y prácticas para atender un caso infeccioso como el ébola.

Compañeros de Teresa Romero en el centro sanitario han contado que las preguntas a la enferma antes de las declaraciones de Ramírez a la prensa fueron "un auténtico interrogatorio". El sindicato CSI-F señaló que "ha habido presión" hacia la infectada para arrancarle esa confesión. "Media hora antes de bajar a hablar con los periodistas, estaban en su habitación repitiéndole si no habría podido llevarse la mano a la cara por descuido", han dicho los delegados del CSI-F.

Unas horas después de que Ramírez revelara esos detalles, el consejero de Sanidad acusaba a Teresa de mentir y de ocultar que había atendido al misionero. Un día después, un portavoz del Gobierno regional subrayó que la causa del contagio había sido un "error humano". La ministra Ana Mato decía este viernes que aún no saben cómo se produjo el contagio.

El doctor Ramírez, el consejero Rodríguez y la ministra Mato siguen en sus puestos. Ante tanta mentira y tanta manipulación, Teresa Romero y su marido, Javier Limón, están dispuestos a ir a los juzgados.


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