domingo, 17 de mayo de 2015

El valor de la moneda sí cuenta

 

El valor de la moneda sí cuenta

Muchas veces nos hacen cuentos malintencionados o con el propósito de lograr manipular la opinión, pero vale la pena pensar un poquito.

Por ejemplo tenemos el cuento del valor de la moneda donde nos dicen:

"Es bueno que baje el valor de la moneda porque eso aumenta las exportaciones."

En realidad la cita anterior quiere decir:

Todo lo que exportemos será mucho más barato en divisas y por lo tanto tendremos menos, deberemos apretarnos más el cinturón, y todo lo que importemos será más caro y una cantidad menor de nuestra gente lo podrá comprar.

Entonces no hay motivos para alegrarse porque baje la moneda.

Pero eso lo dice un tipo respetado, muchas veces hasta tiene un premio Nobel, y la gente llega a pensar "carajo, si esa receta es tan buena por qué no la bajan todos los días." Algo lógico y natural.

Recordemos que hace solo medio siglo en el continente americano, casi todas las monedas valían lo mismo, un peso o como se llamara, fuera argentino, mexicano, dominicano, cubano, venezolano o el hoy excepcional dólar, valían mas o menos lo mismo. Centavito más, centavito menos, pero todas eran casi iguales en valor, incluso con la tremendísima ventaja de que todas tenían su respaldo en oro. Valían de verdad.

Si la tan cacareada bajada del valor de la moneda fuera tan buena ¿ por qué los países privilegiados no bajan la propia?, sencillamente porque eso les permite comprarnos más barato y vendernos mucho más caro.

El cambio llegó a partir de agosto de 1971 cuando Richard Nixon hizo el anuncio de que se cancelaba el respaldo en oro al dólar y con eso comenzó la era de la moneda FIAT o sin ningún tipo de respaldo.

Pero también ocurrió algo más grave: la moneda se convirtió en una mercancía a la que se le manipula el valor por quienes tienen el poder de hacerlo.

Y curiosamente, en la medida que ha ido bajando el valor de las monedas en unos países, de la misma forma ha ido subiendo el índice de miseria.

Siempre es bueno pensar un poquito sobre lo que nos dicen.

Antonio González





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