domingo, 5 de julio de 2015

Grecia, la cuna de la civilización occidental y de la democracia, se enfrenta este domingo a una encrucijada tremenda, como lo fueron las Termópilas.



"300 ESPARTANOS"


Leónidas instó a sus hombres a aceptar que tocaba cenar en el infierno. La
barbarie a la que hoy se enfrentan los griegos amenaza con impedirles cenar.

Grecia, la cuna de la civilización occidental y de la democracia, se enfrenta este domingo a una encrucijada tremenda, como lo fueron las Termópilas.

De un lado está Jerjes, reencarnado en el Fondo Monetario Internacional y su perro pastor alemán. Un dictador que primero obliga a endeudarse a la gente y después exige el pago de una deuda dineraria imposible de saldar e inexistente, como es inexistente su dinero creado de la nada o el mismo estado alemán creado de la nada tras la aniquilación de aquella gran nación tras las dos guerras mundiales (el país europeo, además, al que más deuda se le ha condonado en los últimos 70 años, nota del "blogger").




Los voceros del sistema dirán que nadie pide un préstamo a la fuerza. Es discutible. Pero lo que es indiscutible es que a todos nos obligan a pagar deudas que no contraemos, que no generamos.


Más aún: nos obligan a usar un dinero que es esencialmente deuda.

El euro es una invención sin respaldo real y son inmorales sus intereses y cifras mágicas hechas para el sometimiento de un continente bajo la esclavitud llamada eufemísticamente crecimiento. ¿Qué es lo que crece y crece, a parte de la deuda?

La mordaza que supone identificar denuncia y resistencia a la tiranía con izquierda antisistema radical, recuerda a la caza de brujas de la Inquisición y del macarthismo. Pero no es necesario ser de izquierdas o antisistema para denunciar la inmoralidad de una deuda usurera y un sistema de explotación del ser humano que es un auténtico sistema esclavista en pleno siglo XXI, el origen de todas las guerras y miserias, y la principal amenaza para la supervivencia del planeta. El propio Papa Francisco lo ha denunciado y no parece ser un okupa de Vallecas.


Pero hay esperanza, porque por otro lado están un puñado de espartanos dispuestos a morir pero no sin dar un paso heroico por la libertad.

Ellos no luchan por unas primas millonarias, luchan por salvar su hogar, sus familias, sus principios y su dignidad.

Jerjes tiene en nómina a todos los ideólogos amamantados por las ubres de todas las universidades y medios de comunicación del mundo. Se hacen llamar a sí mismos expertos y su misión es demostrar que Grecia no tiene otra salida que claudicar. Para estos “expertos” los griegos, grandes cigarras vividoras, se han pegado la vida padre a costa de los alemanes, las hormiguitas trabajadoras que les han financiado el coche, la pantalla de plasma, el yate y la segunda vivienda en la playa. Ahora tienen que pagar o toda Europa corre el riesgo de caer. Los inventores de la economía (okomos) resulta que no saben administrar su casa. El resto de europeos atemorizados se sienten de repente tremendamente hermanados con la causa del FMI, los banqueros que hace dos días les han destripado y desahuciado. Están muy preocupados y exigen a los griegos que paguen y que recuerden que “una cosa es ser solidario, y otra es serlo a cambio de nada” (una sentencia de Mariano para la posteridad).




Tenemos mucho miedo de Jerjes. Pero sólo teme el que algo puede perder. El error del tirano ha sido el típico tic del avaro usurero: llenar tanto el saco que lo ha roto. Ahora parece que los griegos no tienen nada que perder. O los espartanos se suicidan arrojándose a las lanzas y flechas del invasor, o se suicidan accediendo a sus condiciones de rendición. La diferencia es que la primera es una muerte honorable y rápida, que promete inmortalizarlos y que puede suponer un revulsivo para el resto de esclavos. La segunda es una muerte lenta y humillante que prolongará la vida útil del tirano hasta que agote todos los recursos disponibles y se vaya a otro planeta a continuar extendiendo su plaga.

Pero no es la única diferencia.

Esperamos el NO griego porque significaría el fracaso del pensamiento único. El fracaso del poder mediático. La pérdida del miedo a Los Mercados, auténticos zombis caníbales azuzados por los esbirros de la secta dominante. La indiferencia ante el estigma anárquico de los pensadores libres.




El NO obligará a recular, a rediseñar y a moderar el poder de las finanzas. El SÍ será la claudicación y el precedente para las próximas capitulaciones (España, Italia, Francia, Gran Bretaña...) El NO será la resurrección de Lázaro para la Política. El SÍ será el entierro definitivo de la política en las catacumbas de la historia y el final de la historia tal como la conocemos. Se habrá perpetuado un golpe de estado silencioso en Europa y pocos se habrán percatado de ello. Es el “golpe de banco” que completará la trasferencia de poder iniciado en la Revolución Francesa de 1789 desde las antiguas a las entonces nuevas elites emergentes, cuyos méritos ya no eran ni el valor en combate, ni el arrojo en la conquista de nuevos territorios, ni la erudición, ni la inventiva, ni la capacidad emprendedora o comercial, ni su estación espiritual, sino la capacidad de generar deuda, especular con ella y endosársela a los demás.


Javier Salaberria



(Fuente: http://latribunadelpaisvasco.com/


 




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