domingo, 5 de julio de 2015

Wikileaks desvela lo que de verdad piensa Merkel sobre Grecia






La Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense ha tenido pinchado el teléfono de Angela Merkel durante años y la plataforma Wikileaks va filtrando el contenido de sus llamadas periódicamente a través de la prensa alemana. El documento que publica hoy Süddeutsche Zeitung resulta especialmente interesante estos días porque demuestra que la canciller alemana ya dudaba seriamente que Grecia pudiera llegar a pagar su deuda en 2011.


El informe registra la conversación que mantuvo Merkel con uno de sus "asistentes" mientras estaba en Vietnam cumpliendo con una visita oficial. Durante la llamada telefónica se aborda la crisis griega y la canciller "reconoce sentirse confusa ante las opciones de una quita de la deuda griega o la unión de transferencias, sobre qué es lo más conveniente para hacer frente a la situación". La zozobra de la canciller estaba basada en la idea de que "tras otra quita Grecia no estaría en condiciones de superar sus problemas, ya que no podría hacer frente a la deuda pendiente"En el protocolo de la llamada quedan recogidas además las "aún mayores dudas acerca de que el envío de expertos financieros a Atenas resulte especialmente útil para volver a tomar el control del sistema financiero griego". El documento destila también que, dentro del gabinete de ministros alemán, el titular de Finanzas Wolfgang Schäuble está en ese momento haciendo fuerza a favor de una quita, a pesar de los esfuerzos de Merkel para encubrirlo.


En las llamadas realizadas en esos días consta también la comunicación con el delegado del gobierno alemán para asuntos europeos, Nikolas Meyer-Landrut, que considera que "la economía privada debe implicarse más en la solución de la crisis griega" y que sí es partidario de "enviar un equipo a Atenas para supervisar la situación".


Las dudas que expresaba entonces Merkel, a la luz de los posteriores acontecimientos, se resolvieron en contra de la posibilidad de una quita. El pasado mes de junio la canciller alemana ha defendido por última vez la inconveniencia de esa quita alegando que "en dos años los griegos estarían exactamente igual que ahora". Pero el hecho de que haya manejado con esa soltura la posibilidad de una "unión de transferencias" toca una fibra muy sensible de la opinión pública alemana, absolutamente en contra de que la unión monetaria tome ese camino a raíz de las políticas de rescates.


La filtración causará sin duda problemas a Merkel dentro de su propio partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), en la que soplan vientos muy fríos respecto a la posibilidad de volver a entablar negociaciones con el gobierno Tsipras, salga lo que salga en el referéndum del domingo. Y no olvidemos que la apertura de esas nuevas negociaciones requiere un nuevo mandato del Bundestag para el que Merkel necesita el voto de sus diputados.


El diputado del a CDU Carsten Linnemann, desvela que, al igual que él, muchos miembros de su partido "no ven razón alguna para volver a negociar con el gobierno de Atenas". "Lo que necesitamos es un proceso ordenado de insolvencia, que permita un saneamiento o una salida del euro. Mientras no se produzca ese giro en la estrategia yo no soy partidario de votar a favor de ningún otro tipo de ayudas".


También el cristianodemócrata Kai Whittaker reconoce abiertamente que "descarto la posibilidad de nuevas ayudas porque a pesar de la aparente disposición de última hora del gobierno griego a las reformas, en ningún momento ha reconocido que considere esas reformas necesarias". Incluso el presidente de la comisión parlamentaria de asuntos europeos, Gunther Krichbaum, duda que vaya a negociarse en el futuro ningún otro paquete de ayudas y considera que el programa de rescate "se ha convertido en una amenaza para la estabilidad del mercado financiero común".


Fuentes dela CDU consideran que, a fecha de hoy, el partido descarta una tercer rescate si Grecia vota "no" el domingo. Y si vota "si", la CDU esperará a que se produzca el consecuente cambio de gobierno en Atenas.


 http://www.elmundo.es/economia/2015/07/02/5594f38046163fb8678b4575.html




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