Al menos
eso es lo que pregonan (engañando a la gente, ellos sabrán el porqué)
ciertos gurús nacidos al calor del 15-M. Una mano bárbara amenaza a
España con la connivencia de ésta. No se trata del Occidental Estado
Islámico, sino de Jeroen Dijsselbloem, otro occidental que no lleva
barbas, un holandés que tira para su billetera.
Cualquier
lector que haya seguido de cerca las noticias sobre Grecia recordará que
una figura clave de la imposición de las políticas de austeridad al
pueblo griego, que han tenido un impacto devastador para aquel país, fue
el Presidente del Eurogrupo, el Ministro de Finanzas de Holanda, el Sr.
Jeroen Dijsselbloem, que lideró el ataque (y no hay otra manera de
decirlo) a Grecia, forzándola a que aplicara las recetas neoliberales
que han causado tanto daño, no solo a las clases populares griegas, sino
a las de todos los países -incluyendo España- cuyos gobiernos han
aplicado dichas recetas.
Tal
personaje fue especialmente duro en las exigencias fiscales, acusando al
gobierno Syriza de no hacer el trabajo que tenía que hacer, a saber,
recoger fondos públicos para pagar las deudas que el gobierno griego
había heredado del gobierno conservador liberal anterior. Y este mismo
señor ha estado presionando con particular insistencia y mano dura al
gobierno español para que haga más recortes y ajustes del gasto público,
aplicando las mismas políticas públicas que causaron un enorme daño al
pueblo griego, liderando el sector más duro del Eurogrupo, el cual
forman los Ministros de Economía y Finanzas de los países de la
Eurozona, que él preside. Después de Grecia, Dijsselbloem ha escogido
España como su punto de mira, exigiéndole unos recortes de nada menos
que de 9.000 millones de euros, que desmantelarían todavía más el ya muy
subfinanciado Estado del Bienestar español.
España es
uno de los países con un gasto público social por habitante en sanidad,
en educación, en escuelas de infancia, en servicios domiciliarios, en
vivienda social, en servicios sociales y un largo etcétera, más bajos de
la UE-15. Pero tal personaje ha puesto como prioridad de su labor el
que se gaste incluso menos, pues según él, el déficit público de España
es hoy el problema mayor que tiene este país, punto de vista que, por
cierto, es ampliamente sostenido por la mayoría de economistas
neoliberales que tienen gran proyección mediática en los medios de
información y persuasión españoles (incluyendo los catalanes).
¿Quién es este personaje, el Sr. Dijsselbloem?
Lo que no
se conoce –porque no se ha publicado en ninguno de los mayores medios de
información- es quién es este señor. Dicho personaje ha jugado un papel
clave en convertir Holanda en un paraíso fiscal en el que las mayores
empresas europeas (incluyendo españolas) y norteamericanas evitan pagar
sus impuestos en los países donde se realiza la producción, la
distribución o el consumo de sus productos. La política impositiva de
tal país está diseñada para atraer a compañías multinacionales que
establecen su sede en Holanda. Las ventajas fiscales y subsidios
públicos, así como su tratamiento sumamente favorable a las rentas del
capital, son bien conocidos en el mundo financiero y empresarial.
Ello
explica que haya muchas compañías que establezcan su sede en Holanda
(desde la compañía minera canadiense Gold Eldorado a la estadounidense
Starbucks, la lista es enorme). En realidad, algunas de estas compañías
solo tienen en Holanda una dirección postal, sin edificio siquiera, como
es el caso de los grupos musicales Rolling Stones o U2, del Sr. Bono,
que se ha hecho famoso y rico a base de supuestamente defender a los
pobres del mundo (ver el artículo de David Hollanders What Europe Needs
to Know About The Dutch Tax Haven, Social Europe Journal, 05.01.16). En
realidad, muchos de los beneficios fiscales y subsidios, así como las
transacciones financieras no son públicos, e incluso miembros del
Parlamento holandés no tienen acceso a esa información.
Es
sorprendente que Holanda, sin embargo, no aparezca en la lista de
paraísos fiscales. Y ello se debe a la activa movilización de la
coalición gobernante en Holanda, formada por el partido socialdemócrata,
al cual pertenece el Ministro de Finanzas, el Sr. Dijsselbloem,
dirigiendo la política económica y financiera del país, y el partido
radical de derechas, que aprobaron una ley en el año 2013 en la que se
indicaba que Holanda no era un paraíso fiscal, por mucho que se le
pareciera.
El gobierno
prácticamente prohibió el uso de tal término, lo cual no fue un
obstáculo para que el gobierno holandés haya apoyado la realización de
seminarios para empresarios extranjeros (realizados en el extranjero, el
último en Ucrania) para enseñarles cómo evitar pagar impuestos en
Holanda. Como bien indica David Hollanders, Holanda es un ejemplo de
libro de texto de lo que es un paraíso fiscal. Como muestra tal autor,
hay 12.000 empresas (que manejan un total de 4 billones de euros) que
tienen una sede postal en Holanda, que incluyen el 80% de las cien
empresas más grandes del mundo y el 48% de las mayores compañías que
aparecen en la revista Fortune.
Entre tales
empresas con sede postal en Holanda hay empresas portuguesas, españolas
(como la empresa que se benefició de la privatización de la empresa
pública Aigües Ter Llobregat por la Generalitat de Catalunya —ver Tots
els camins porten a Holanda, El Triangle, 23.12.15), griegas y otras, lo
cual implica que Grecia, España, Portugal y otros países dejan de
ingresar impuestos (millones y millones de euros) a las arcas del Estado
debido a las políticas aprobadas por el gobierno holandés, del cual el
Sr. Dijsselbloem es uno de los mayores responsables y arquitectos, el
mismo personaje que acusa a Grecia y a España de tener excesivos
déficits públicos, déficits públicos que no existirían si las grandes
empresas pagaran los impuestos que tendrían que pagar si no tuvieran sus
sedes fuera del país, incluyendo Holanda, situación favorecida y
facilitada por tal señor.
Se sabe que
el Sr. Jean-Claude Juncker, hoy Presidente de la Comisión Europea, es
otro personaje que hacía lo mismo cuando era Presidente y Ministro de
Finanzas de Luxemburgo, otro paraíso fiscal donde un gran número de
empresas internacionales, incluyendo españolas, tienen su sede. El Sr.
Jean-Claude Juncker es también de los que presiona por todos los medios
para que se apliquen las políticas de austeridad en Grecia y en España.
Pero no se sabía tanto de este otro personaje, el Sr. Dijsselbloem. El
cinismo y la indecencia, por no decir falta de ética, de tales
personajes alcanzan ya niveles sin precedentes. Y esta es la Europa a la
que se nos pide que pertenezcamos.
Vicenç Navarro
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