Desde los años 1980 las Organizaciones No
Gubernamentales (ONG) se expandieron por todo el mundo abriendo un
importante espacio político, cultural y socio económico, prácticamente
en cada rincón del planeta.
Por Vicky Peláez ::
Mala gente que camina
y va apestando la tierra…
– Antonio Machado, 1875-1939,
el poema “He andado muchos caminos”
Desde los años 1980 las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) se
expandieron por todo el mundo abriendo un importante espacio político,
cultural y socio económico, prácticamente en cada rincón del planeta. Se
calcula que actualmente hay más de 10 millones de ONG en el planeta. En
la India, por ejemplo, hay una ONG para cada 600 personas.
Para lograr esto, los medios de comunicación globalizados destacan
día a día su rol en la educación, la lucha contra la pobreza y el
analfabetismo, la protección del medio ambiente, la promoción de
libertades civiles, protección de los derechos humanos etc., pero
ocultan su lado oscuro.
Hay aproximadamente unas 40.000 ONG subvencionadas por los gobiernos
norteamericanos y europeos y que fueron creadas con el fin específico de
ser instrumentos de los globalizadores de Washington y Bruselas.
La
idea de crear organizaciones no gubernamentales que podrían ser
utilizadas por los servicios de inteligencia para la creación de las
redes sociales en África, Asia y América Latina con el propósito de
promover los intereses norteamericanos, surgió inicialmente al final de
los años cuarenta. Sin embargo, este proyecto demoró casi una década y
recién fue puesto en marcha en 1961 impulsado por el triunfo de la
revolución cubana en 1959, cuando por una orden ejecutiva fue creada la
Agencia de EEUU para el Desarrollo (USAID). Su propósito oficial fue
reforzar la política exterior norteamericana cooperando con los países
receptores de la ayuda en áreas económica, agrícola, sanitaria, política
y humanitaria.
En 1972 el profesor norteamericano William A. Douglas elaboró una
idea más compleja del prototipo de una futura ONG en su libro “
Developing Democracy”.
Según el estudioso, la gente en Asia, África y Latinoamérica eran como
unos “niños” que necesitaban para su desarrollo, en términos
norteamericanos, “una tutela, reglamentación y el control del gobierno
de EEUU”.
Posteriormente este concepto abarcó todo el planeta,
incluyendo al pueblo norteamericano. Para Douglas, el proceso de
transformación global no podría ser realizado a través de los gobiernos,
se necesitaba crear organizaciones de base en cada lugar del planeta
bajo el control de unas agencias especializadas estadounidenses. Estas
organizaciones de base tomaron en los años 1980 la forma de las
Organizaciones No Gubernamentales que fueron incorporadas como
instrumentos vitales del “Proyecto Democracia” para fortalecer la
globalización neoliberal del mundo entero bajo la tutela de Washington.
Para cumplir con su tarea las ONG bajo el control del departamento de
Estado tenían que desestabilizar los gobiernos no afines a la política
norteamericana a través de un trabajo sutil, encubriendo sus propósitos
subversivos con unos programas reales como la lucha contra la pobreza
extrema. A la vez, fue precisamente USAID que envió al famoso
especialista norteamericano en tortura Dan Mitrione a Brasil 1960-1967,
República Dominicana 1965 y a Uruguay en 1969-1970.
También la USAID
participó activamente en todos los golpes de Estado e intentos de golpes
que tuvieron lugar en África, Asia y Latinoamérica desde 1961 hasta
ahora, en estrecha colaboración con la CIA, DIA (Servicio de
Inteligencia Militar, la FBI, la DEA, NSA (Agencia Nacional de
Seguridad) etc. Mientras existía la Unión Soviética y el campo
socialista, USAID junto con otras ONG, como la Fundación Nacional para
la Democracia (NED) hicieron todo lo posible para contener la influencia
ideológica de la URSS siendo misioneros ideológicos y operativos del
imperio durante la Guerra Fría.
Las revelaciones sobre la participación
de la CIA y su organización encubierta USAID en el asesinato de Patricio
Lumumba en Congo, en la muerte de Salvador Allende en Chile y cientos
de atentados contra Fidel Castro obligaron al gobierno norteamericano a
crear la NED en 1983. El presidente Ronald Reagan anunció entonces que
“este programa no actuará detrás de la sombra. Va ser visible y al mismo
tiempo consistente con los intereses nacionales de EEUU.
Su creador, el profesor de Georgetown University, Allen Weinstein fue
más específico cuando en 1991 durante una entrevista declaró: “la gran
cantidad de tareas que cumplimos hoy día fueron 25 atrás la
responsabilidad de la CIA”. Unos años antes, en 1986 el primer director
de la NED, Carl Gershman reconoció que su organización era una fachada
de la CIA.
En la Declaración de Principios firmada por sus líderes
neoconservadores, Elliot Abrams (envuelto en el escándalo Iran
Contragate), Francis Fukuyama (autor del Final de la Historia), Zalmay
Khalilzad (ex embajador de EEUU en Irak y Afganistán) y Win Weber (uno
de los autores republicanos del Proyecto del Nuevo Siglo
Norteamericano), se afirma que “tenemos que aceptar la responsabilidad
de asumir el único rol en la preservación y extensión del orden
internacional amigable a nuestra seguridad, prosperidad y a nuestros
principios”.
Para cumplir con esta tarea tanto la NED junto con sus cuatro
organizaciones: Free Trade Union Institute, Centre for International
Private Enterprise, the National Republican Institute for International
Affairs, the National Democratic Institute for International Affairs y
su subordinada ONG Freedom House en coordinación con la USAID se dedican
oficialmente a financiar y canalizar las fuerzas de las principales
organizaciones de la sociedad civil en casi 100 países del mundo.
Para
esto tienen un fuerte presupuesto: para el año fiscal 2016 la USAID
dispone de 22,3 mil millones de dólares y la NED tiene a su disposición
170 millones. Con este dinero no sería difícil crear las ONG afines a
los intereses norteamericanos utilizando las organizaciones de base.
Esto explica porqué los indígenas misquitos de Nicaragua se convirtieron
en los colaboradores de los contrarrevolucionarios y de la CIA durante
la revolución sandinista. También aclara la reciente marcha indígena
contra el gobierno de Rafael Correa después que el presidente de Ecuador
cuestionó la labor de 31 ONG en Amazonía con el presupuesto de 56,2
millones de dólares provenientes de la NED, USAID y varias otras ONG
extranjeras, esencialmente norteamericanas. Los indígenas de la región
amazónica marcharon 700 kilómetros para protestar violentamente contra
una posible futura reelección de Rafael Correa.
Una de las tareas de las ONG afines a los intereses de los
globalizadores es formar miles de disidentes en los países que no siguen
el rumbo norteamericano e influir en las elecciones presidenciales,
legislativas, municipales en aquellas naciones. Según los cálculos del
departamento de Estado, en cada país que no está de acuerdo con la
política norteamericana hay no menos de un 10 por ciento de la población
que apoya a Norteamérica y puede formar una quinta columna para
desestabilizar el gobierno en los países como Rusia, China, Cuba,
Venezuela, Brasil, Ecuador, Argentina, Bolivia, Nicaragua, Armenia,
Bielorrusia, Tayikistán, Azerbaiyán, Kazajistán, Kirguistán, Uzbekistán o
Egipto.
Entonces la cuestión es organizar y financiar a los potenciales
descontentos y lavarles el cerebro a través de los medios de
comunicación. Así sucedió en Polonia en 1989 cuando la NED en
colaboración con el Vaticano entregó al movimiento Solidaridad 2,5
millones de dólares con la condición de promover la candidatura de su
líder pro norteamericano Lech Walesa a la presidencia.
Posteriormente la
NED y USAID financiaron tales organizaciones como “OTPOR” en Serbia,
“KHMARA” en Georgia, “PORA” en Ucrania, “KELKER” en Kirguistán, “ZUBR”
en Bielorrusia. Después promovieron la “
revolución de rosas”
en Georgia, la “revolución de tulipanes” en Kirguistán, la “revolución
naranja” y posteriormente “Maidan” en Ucrania, intentaron sin resultado
una revolución en Armenia bajo la consigna “Ereván Eléctrico” y también
fracasaron hace poco en Hong Kong tratando de instigar la “revolución de
paraguas”.
Los líderes de oposición en América Latina, como Henrique Capriles y
Leopoldo López en Venezuela, Mauricio Rodas en Ecuador, Aecio Neves en
Brasil son creaciones de la NED y los eslabones de la derecha nacional
en su lucha contra los gobiernos progresistas legítimamente elegidos. Su
agenda principal consiste en desestabilizar estos gobiernos para
retornar sus países al “patio trasero” norteamericano. Todos ellos
tienen estrechos contactos con el ex presidente colombiano Álvaro Uribe y
con los sectores de ultra derecha latinoamericana.
Sin embargo, a medida que pasa el tiempo los países de nuestro
planeta cada vez más adquieren la conciencia y se dan cuenta de los
propósitos de la USAID, de la NED y de sus ONG subsidiarias y toman las
medidas correspondientes. Ya son tres países del grupo BRICS: Rusia,
China e India que promulgaron la Ley de Registro de Agentes Extranjeros
respecto a las ONG que reciben los fondos del extranjero. Es en realidad
la misma ley que usa EEUU desde 1938, pero su uso en otros países
produjo indignación y rechazo en Washington cuyos dirigentes anunciaron
el fin de la democracia en China y Rusia. Lo que al mismo tiempo no
quieren reconocer los actuales líderes norteamericanos, tanto
neoliberales como los neoconservadores es que su propio país ya dejó de
representar una democracia sino se convirtió en un estado autoritario
que cada vez más se inclina hacia el totalitarismo.
En
un reciente artículo publicado por Counterpunch
el estudioso norteamericano Henry A. Giroux escribió que “los tiempos
oscuros no nos están esperando en el futuro, sino ya están presentes
pero esto no significa que se quedarán para siempre”.
http://www.diario-octubre.com/?p=8964
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